Festejar la vida. Fiesta de amistad

alegría de ser niños.

Esta semana ha sido mi santo. Santa Mónica, el día 27 de agosto. Desde muy temprano fueron muchas las personas que al comenzar su día –y a lo largo del mismo- se acordaron de mí. ¡Así da gusto disfrutar los días!. Para mí son personas especiales que con su saludo o felicitación se brindan a ti y a los demás. Así somos cuando felicitamos, especiales.

Conmemorar los santos o los cumpleaños o los aniversarios supone celebrar también la cantidad de amigos que tienes; celebrar que ese día pensaron en ti. Es una fiesta de amistad.

Hay personas que dejaron de celebrar sus cumpleaños, porque argumentan que es cosa de niños. Para mí es un error, los cumpleaños son de todas las edades, de la infancia, de la adolescencia, de la juventud, de la madurez, de la senectud. Siempre hay que festejar que se sigue viviendo, siempre hay que ensalzar que tienes una familia, que cuentas con unos amigos, que hay personas que te quieren; que sigues teniendo vida.

A otras no les gusta ese día porque son reacias a hablar con los demás; prefieren estar solas a dar explicaciones. Todos conocemos a este tipo de personas, que cuando menos te lo esperan te dicen: ”no me gusta que me feliciten”. No te lo comentan el día de su cumpleaños, porque entre otras cosas es una falta de educación, pero sí cuando se tratan estos temas. Pues es bueno saberlo, así con un mensaje cumples, si eres de felicitar. No les juzgo, no comparto esta actitud pero cada uno es cada uno. Ellos se lo pierden.

En los cumpleaños, en los aniversarios, en los santos, tenemos que volver a ser un poco niños, con la inocencia que les caracteriza, y ese brillo en los ojos que indican que “soy más mayor”. Los adultos si no queremos sumar años, no lo hagamos, pero sí celebremos que seguimos aquí, que tenemos que seguir viajando, bien o mal; que tenemos una misión y que estamos obligados a intentar ser felices, que hay personas que un día determinado piensan en ti de forma especial.

A veces las circunstancias de la vida no nos permiten celebrarlo como quisiéramos, pero ya es una gran celebración el que los amigos y familiares se acuerden de ti. Ese día te sientes importante.

«Cada día nos tiene reservada una sorpresa. Pero solamente si estamos esperándola podremos verla, oírla o sentirla cuando viene. No tengamos miedo de recibir la sorpresa de cada día, sea triste o alegre. Abrirá un lugar nuevo en nuestros corazones, un lugar donde podremos dar la bienvenida a nuevos amigos y celebrar de manera más plena nuestra común humanidad». Henri NOUWEN.

Muchas gracias.